Al hablar de imágenes digitales, una resolución menor de la necesaria para su óptima reproducción. El motivo del uso de imágenes de baja resolución es que, al tener menos datos, son más fáciles de manejar debido a su menor tamaño.
El concepto de baja resolución —como su contrario de alta resolución— no es un valor absoluto, sino que depende del tamaño al que se pretende reproducir una imagen. Dicho de otro modo: Una imagen es de baja resolución si se quiere reproducir muy grande y es de alta resolución si su tamaño de reproducción es muy pequeño.
El uso indebido de imágenes de baja resolución en diseño gráfico es uno de los principales problemas en preimpresión e imprenta.