
Sebastián Salfate
La Tercera Vía es una corriente política y económica que propone una opción intermedia entre las posiciones tradicionales de la izquierda y la derecha. Nació a finales del siglo XX como respuesta a la necesidad de actualizar los principios sociales y económicos ante los cambios de la época, buscando integrar elementos de ambas ideologías promoviendo doctrinas de expansión y progreso. La Tercera Vía fusionó principios progresistas con elementos del mercado, lo que llevó a un giro en las industrias culturales —como el cine, la música, el arte visual, la moda y el teatro— que empezaron a priorizar la rentabilidad económica sobre la vanguardia o la crítica social.
Sebastián Salfate (1986), artista y director de cine, se sumerge en una investigación-acción sobre este periodo, denominando su obra Tercera Vía o La Bella Époque (2025). Su trabajo, presentado como una video instalación, busca expandir el audiovisual en una reflexión teórico-visual envolvente que abarque los motivos y consecuencias de la Tercera Vía, explorando visualmente este proyecto político. En su obra, Salfate investiga los paralelismos entre la cultura de masas y el recorrido político de la época, centrado en los finales de los años 90, cuando figuras políticas como los ex mandatarios Ricardo Lagos, Tony Blair y Bill Clinton promovían la “Tercera Vía Democrática” en sus respectivos países. El trabajo invita a reflexionar sobre cómo esta vía, que se distanciaba tanto del capitalismo como del comunismo y prometía bienestar socioeconómico, derivó en lo que Salfate conceptualiza como una especie de “Belle Époque en Chile”, un periodo marcado por el auge de la cultura del entretenimiento y el espectáculo, dominado por las lógicas de consumo y la cultura de masas.
La cultura del consumo, diría Moulian “se trata de la adquisición. Aunque conectado con el habitar y con la búsqueda del placer del confort, se trata de móviles que no surgen de la interioridad del ser, sino de las capas exteriores” (1) con la búsqueda afuera de la entretención, la pertenencia y la estética. Por ejemplo, durante fines de los 90 destacó la hegemonía de Disney en el control cultural, moldeando patrones culturales, imaginarios y modos de comportamiento, promoviendo el consumismo, el American Dream, el imperialismo y la apropiación cultural. Salfate establece un paralelo con Chile, destacando el auge de programas como Mekano, la producción de arte y la llegada de Spencer Tunick. En sus propias palabras, el artista señala: “Mi intención es crear un mapeo exhaustivo de esa época, desde la promesa de bienestar asociada a la Tercera Vía hasta el posterior desapego institucional por parte de la ciudadanía, consecuencia del fracaso de ese discurso” (2).
El artista conceptualiza la época retratada como la Belle Epoque de Chile, haciendo alusión al periodo europeo que va entre el final de la Guerra Franco-Prusiana en 1871 y la Primera Guerra Mundial en 1914. En Europa, el apogeo de las expresiones artísticas y la expansión cultural sobre todo de las élites que empezaron a ocupar teatros, salones y espacios asociados al goce se veía contrastado por la precarización y proletarización de las clases obreras y la exigencia de mayores derechos. Sin duda la Belle Epoque atravesada por una cuestión de clases fue una consecuencia de la revolución industrial y la aparición del consumismo en la modernidad lo que generó grandes cambios culturales productos de una cierta efervescencia ante la obnubilación del progreso.
Una obnubilación similar ocurrió en Estados Unidos, Europa y Chile. Tras el fracaso de la promesa de bienestar, surgieron diversas crisis y un descontento generalizado que se manifestó en movimientos sociales como Occupy Wall Street, los Indignados en Europa y la Revolución Pingüina en Chile. Como señala Salfate: “Con esto pretendo demostrar cómo la implementación de las ideas de la Tercera Vía fue un punto de inflexión en la política y la cultura global, donde convergieron las promesas de un futuro próspero bajo un capitalismo socialdemócrata con un entorno cultural optimista e ingenuo, pero que finalmente desembocaron en la desesperanza de su propio fracaso”. A través de un trabajo de archivo personal, recopilación en Internet y la utilización de inteligencia artificial para la creación de materiales audiovisuales, el artista cruza auto-ficción con los acontecimientos históricos que marcaron este periodo.
La propuesta de Salfate se presenta como una “película espacial” que sigue las convenciones del documental narrativo, pero adaptadas para ofrecer una experiencia envolvente en la sala. El tema de la Tercera Vía se convierte en un eje central que atraviesa su trabajo, presentando en escena el optimismo y la ingenuidad que cegaron a las sociedades ante las crisis del futuro.
Notas al pie
(1) Moulian, Tomás. El consumo me consume, 1999, LOM, página 19
(2) Entrevista de la autora (2025)
Artículo realizado por: Camila Baracat Vergara. Licenciada en Historia, Magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea. Investigadora en artes y prácticas curatoriales, gestora cultural. Actualmente es parte de la Escuela de la Intuición de la CChV.