Poleo Painemal

Poleo Painemal

En el cruce entre muralismo, memoria disidente y la voluntad de dejar huella, emerge la obra de Poleo Painemal (Temuco, 1998), joven artista trans, mapuche y autodidacta cuya práctica se despliega con potencia estética y política. Su breve cuerpo de obra está compuesto por murales callejeros, intervenciones en el espacio público, pintura en gran formato e ilustración digital, todas ellas situadas en un acto de existencia, de denuncia y de reparación frente al borramiento sistemático de las disidencias sexogenéricas en la historia oficial de Chile.

Desde que comenzó a intervenir muros a los 13 años, Poleo ha cultivado una sensibilidad aguda para narrar lo que suele mantenerse al margen: sus creaciones retratan a referentes clave de la diversidad sexual y de género, y lo hace desde una visualidad vibrante, dura y afectiva, donde la estética es inseparable del testimonio. Figuras como el escritor Pedro Lemebel, la performista Hija de Perra y la activista trans mapuche Emilia Bau no son simples íconos en sus murales: emergen como presencias activas en el espacio público, reclamando memoria, justicia y reconocimiento.

En su obra, el cuerpo es una superficie en disputa: hay rostros curtidos por la vida, miradas que interpelan al transeúnte… pero también hay perlas, brillos y banderas LGTBIQA+. Poleo no dulcifica la existencia trans, la muestra con su crudeza y potencia, devolviéndole humanidad a lo que históricamente ha sido un intento de despojo.

El interés por el gran formato es un gesto central de su práctica. No solo en sus murales monumentales sino también en sus obras de caballete: el cuerpo trans ocupa su espacio y se impone con escala. Posiblemente se trate de una respuesta directa a su propia experiencia en los márgenes, donde pintar se convirtió muy tempranamente en una forma de resistir el desarraigo y el silenciamiento estructural. El mural como medio se presenta como una herramienta de contra-narrativa. “Pinto lo que me hubiera servido ver en la calle de niña” ha declarado la artista en varias ocasiones, subrayando el valor político de instalar imágenes disidentes en el espacio común, como propuesta y señalamiento destinado a personas que recién transitan esos caminos.

En su trayectoria, la calle ha sido un soporte fundamental. Así lo evidencia su presencia en el espacio público: la artista ha sido convocada en cuatro ocasiones por la Municipalidad de Santiago para intervenir la escultura urbana “STGO” ubicada en la esquina suroriente de la Plaza de Armas de Santiago de Chile. En cada una de estas acciones —el Día del Orgullo, los Juegos Panamericanos y el Día del Libro— Poleo incorporó alusiones que aluden a las disidencias, generando tensiones con la “gran historia” en pleno centro cívico capitalino. Su decisión de dedicar expresamente una de sus intervenciones a “Las locas del 73” -como se llama coloquialmente a las participantes de la primera protesta de la disidencia sexogenérica en Plaza de Armas, ocurrida el 22 de abril de 1973- inscribe el gesto urgente y necesario en un presente que sigue necesitando estos relatos.

Uno de los hitos recientes de su producción artística en el espacio público es el mural colectivo En caso que olvides que existimos (2024), realizado junto a cuatro artistas cuir, Isonauta, Tobal Opazo, Amaru Yáñez y Diente de Sable, en la fachada de la Fundación Mecenas en el céntrico barrio Yungay. En él, Poleo Painemal rinde homenaje a Gabriel Inti, escritor y activista transmasculino; mientras que el conjunto total de la obra rememora a figuras como Candy Dubois, histórica vedette y transformista, y José Matías de la Fuente, adolescente trans que se quitó la vida en 2019, víctima del bullying y del silencio negligente del sistema educativo. La obra interpela a quienes transitan por su monumentalidad, carga afectiva, densidad política y su capacidad de convocar memorias individuales como parte de un relato colectivo que no quiere —ni debe— ser olvidado. La obra se constituye así como una inscripción del patrimonio disidente en un barrio caracterizado por un tejido comunitario que hace frente a las tensiones derivadas de la gentrificación y la desigualdad estructural.

La construcción de memoria histórica sobre las violaciones a los derechos humanos que ha vivido la comunidad disidente es una noción que atraviesa su producción pictórica, y sus recientes obras con esmalte al agua en gran formato dan cuenta de ello. En Las del material más hermoso y resistente (2023) retrató a dos trans adultas mayores, la histórica bailarina Marcela Di Monty -quien es una de “Las Locas del 73”- y la bailarina Karla Yeraisse, quien lucha contra los efectos de la silicona industrial usada en procesos de feminización; reconociendo en ellas una genealogía que la precede y que aún resiste. La obra “Intimidad 1” (2024) está protagonizada por Leonel Catoni y Shane Cienfuegos, dos activistas de los derechos de la comunidad LGTBIQA+, quienes posan desnudos con un lienzo que pide “Salud Trans”.

Como artista contemporánea, los soportes ligados a medios de difusión también son su campo de batalla. Su participación en la portada de la revista Brígida es un ejemplo de ello: en una pintura digital que representa un pecho transmasculino con mastectomía, que desafía en forma directa la normatividad del cuerpo representado. Esa misma mirada crítica, a ratos cargada de agudeza y sentido del humor, se traslada a algunos ejercicios gráficos que ha compartido en redes sociales, donde Poleo ha explorado con estéticas pop y formatos aparentemente “más livianos” sin abandonar la perspectiva disidente. Un ejemplo de ello es la ilustración digital Draburrites (2024), protagonizada por dos especies híbridas, un dragona y un burro, que el artista asocia a ciertas relaciones dentro de la comunidad trans.

Esa voluntad de amplificar la inscripciones disidentes por todas las vías también llevó a Poleo en 2025 a coordinar creativamente el “Espacio Cuir”, una iniciativa impulsada por Fundación Mecenas al interior del encuentro de arte contemporáneo Feria Ch.Aco, donde generó una sala de estar kitsch de color rosado como un espacio comunitario de apertura e inclusión a la comunidad disidente. También asumió la curaduría de la exposición “Retratos de Resistencia”, que formó parte del evento “Los aportes de las autorías trans al conocimiento” realizado en la Casa Central de la Universidad de Chile. En ese contexto, armó un comedor comunitario en medio de la exhibición, donde diferentes artistas retrataron al natural a personas trans mayores de edad.

Artículo realizado por: María José Vilches García. Licenciada en Comunicación Social y Magíster en Gestión Cultural. Especialista en comunicación para las artes, culturas y patrimonios. Actualmente es Directora de Comunicaciones de la CChV.